CABAÑA

Breve Reseña

Rancho Grande, fundada por el Sr. Raúl Peyrano , comienza su actividad en 1970 con la adquisición de 272 has. después de más de 40 años de esfuerzos ininterrumpidos, Fideicomiso Agropecuario Peyrano, cuenta con 12.500 has en producción, repartidas en 5 establecimientos, en dos Provincias, dedicadas a 3 actividades bien definidas, que son puntales en la economía Nacional: La agricultura con 4.500 has. en producción en zona núcleo; tambo con una producción anual de 7.500.000 Lts. calificado para la exportación a la CE.; y la ganadería de ciclo completo.

La cabaña, dentro de la ganadería, era sin dudas la pasión más grande de su fundador; así nació RANCHO GRANDE, una herramienta que Raúl tenía para que su descendencia le tomara cariño al campo, el solía decir: “ La ganadería no es una actividad económica, es una forma de vida; para que tus hijos quieran el campo, tienen que crecer al lado de los corrales, viendo nacer y crecer a los terneros, cuidarlos, y saber cómo presentarlos en una pista, y de esta manera se empiezan a comprometer emocionalmente, y las vacas pasan a formar parte de su cultura, a ser una realidad de su presente, y una garantía de que sigan en el futuro…” Pero como en todas las actividades que emprendía Raúl Peyrano, donde buscaba la excelencia, la ganadería no fue la excepción. En 1973 abre los registros de su rodeo, en la Asociación Argentina A. Angus, y de esta manera establece su primer objetivo; una vez que los productores comerciales lograran mejorar los manejos, y la nutrición, la genética iba a ser la tercera pata del trípode, para lograr más kilos de carne en el menor tiempo posible, y Rancho Grande tenía que ser parte de ese cambio. Se comienza con una rigurosa presión en la selección de las madres del plantel, y la veracidad en la toma de datos. Años después se logra un convenio con Tri-State (EEUU) con quienes se inicia un Programa de Mejoramiento Genético, dicho programa consistía en aplicar principios biológicos, económicos, y matemáticos con el fin de encontrar estrategias óptimas para aprovechar la variación genética existente para maximizar su mérito. Usando como herramienta principal la I.A (inseminación artificial) en busca de formar el núcleo genético de la cabaña, donde se evaluaban los animales en base a datos de fenotipo, y de pedigree, para calcular los valores genéticos estimados.

Esta estrategia de variación genética, no solo involucraba a la raza A.Angus, sino también a la variación entre otras razas y cruzas. Comenzando de esta manera a trabajar con las razas Brangus, y Braford, bajo el mismo sistema de selección. Con el avance de la tecnología aplicables al programa de mejoramiento genético, se incorporan, la ovulación múltiple y transferencia embrionaria (OMTE), para lo cual Rancho Grande inaugura en 1998 su propio Centro de Transferencias; lo que permitió un aceleramiento al programa, y un crecimiento geométrico de animales superiores, y de esta manera, se modificó la estructurara de una base cerrada, a una piramidal de la población. Con una estructura piramidal, donde el mejoramiento fluye desde el ápice de la pirámide hacia la base lo que hace que al cabo de varios años de trabajo, se logre tener un mejoramiento por año similar al observado en el núcleo. De esta manera, con 2.500 madres en la base, y 700 embriones implantados por año en el núcleo, hacen que el Programa de mejoramiento de Rancho Grande, sea uno de los programas que más genética aporta a los rodeos comerciales del país. Esto se logra con muchos años de trabajo, de selección, y sin perder los objetivos.

Rancho Grande no es una multiplicadora de reproductores, sino que hace genética; no es una cuna de campeones, si bien tiene muchos campeones de Nacionales y Palermo en su haber; no es creadora de toros padres, si bien en casi todos los Centros de Inseminación de la Región los tienen; no compite por lograr los mejores precios de venta, si bien en los últimos años los ha logrado. Rancho Grande siempre tiene presente el objetivo de su fundador, dirigir el trabajo a aquellas características económicamente importantes, para esto se trabaja con la fertilidad, funcionalidad, y precocidad; somos la herramienta que tienen los productores comerciales para mejorar su productividad, y para ellos seguimos trabajando. Es por esto que seguimos abriendo nuevas líneas de sangre, evitando parentescos cercanos y consanguinidad, siendo más precisos con los datos de medición, haciendo de esto nuestra base de evolución animal. Pero también estamos incorporando nuevos métodos para la evaluación como son los marcadores moleculares de ADN, y nuevas técnicas reproductivas como lo es la producción de embriones in-vitro.

Todos los campos de Rancho Grande están bajo un estándar sanitario, libre de brucelosis y tuberculosis; todos los reproductores que salen a la venta están sujetos a un programa sanitario supervisado por Biogenesis-Bagó; la parte de locomoción, calidad seminal, y morfología es realizada por la Universidad Nacional de La Pampa; todos los datos de mediciones están bajo los programas de ERA, ERBRA, PegBRAF. Este es el respaldo que consolida a Rancho Grande como una marca de excelencia, a la que le debemos sumar la confianza que los clientes nos demuestran cada año, por eso podemos asegurar que nuestros reproductores son generadores de buenos negocios para cabañeros y criadores que apuestan por genética de punta, la de una marca y un equipo que trabaja con un claro objetivo: LA EXCELENCIA EN GANADERIA.